Este es el asunto: los niños querrán comer sus dulces favoritos tan pronto como estos entren en sus bolsas de Halloween. ¿Y quién puede culparlos?
Para ayudarlos a vencer la tentación de comer los dulces mientras caminan de una casa a la otra, llena su pancita con una comida sana antes de salir a pedir dulces.
¡Nadie necesita una funda de almohada llena de dulces! En vez de esto, elige un contenedor más pequeño que tu hijo pueda usar para pedir dulces y olvídate del método de la funda de almohada. Alienta a tus hijos a que acepten solo un dulce en cada casa, a fin de que puedan visitar más casas del vecindario.
¡Halloween puede ser una oportunidad estupenda para hacer ejercicio! Diviértanse organizando un baile de zombis, una carrera de monstruos de tres patas, una caminata de araña o una competencia de lanzamiento de pequeñas calabazas. Salgan juntos a pedir dulces para una noche de diversión en familia caminando en vez de conducir de una casa a la otra. Propónganse un objetivo de cuántas casas o calles visitarán, o bien, compitan en equipos para ver quiénes visitan más casas. Lleva una botella de agua y una linterna para cada uno y usen zapatos cómodos para caminar.
Verifica las fechas de vencimiento y controla todos los dulces y demás cosas que hayan recibido los niños antes de permitir que las coman. No permitas que los niños coman nada que contenga ingredientes cuestionables o desconocidos, especialmente si tienen alergias alimentarias.
Halloween puede ser el momento ideal para hablar con los niños sobre la moderación y las elecciones saludables de alimentación. Decide de antemano cuántos dulces le permitirás recibir de cada casa a tu hijo, cuántos podrá guardar y cuántos podrá comer. Ayuda a los niños mayores a decidir qué hacer con los dulces excedentes.
Deja que tu hijo junte una cantidad suficiente de dulces que le permita comer uno o dos por día durante una o dos semanas: el tiempo suficiente para que disminuya la emoción. Descarta, dona o reutiliza el resto de los dulces.
Pídele a tu hijo que te “venda” algunos dulces y págale con dinero o con vales que luego pueda utilizar para hacer una actividad divertida, como un día en el zoológico, una tarde de juegos en el parque o una salida para patinar sobre hielo.
Guarda los dulces restantes para hornear cosas sabrosas para las fiestas (¡sí, las fiestas de fin de año están cerca!).
Guárdalos para llenar una piñata de cumpleaños o para repartir junto con tarjetas de San Valentín.
Cuando tu hijo te pida un dulce, combínalo con un bocadillo saludable, como una manzana, una banana o apio con mantequilla de maní.
Los consultorios de algunos dentistas también tienen programas de compra o canje de dulces.
Úsalos en proyectos de artesanías o para decorar una casa de jengibre durante las fiestas.
Dona el excedente de dulces a un refugio de personas sin hogar, a un hospital de niños o a un programa de envío de paquetes por correo a las tropas en el extranjero. Un postre dulce, casero y tradicional puede ser reconfortante durante las fiestas.
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POSICIÓN ACOSTADA DE LADO
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POSICIÓN DE CUNA CRUZADA
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POSICIÓN DE FÚTBOL AMERICANO
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POSICIÓN DE CUNA
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POSICIÓN INCLINADA HACIA ATRÁS
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